ÓYEME CON LOS OJOS.
Presentamos esta obra extranjera escrita en español, sugerido por Pro LEE, en la Biblioteca Mínima para educación Inicial y primaria .
Autora: Gloria Cecilia Díaz
Ilustraciones de Chata Lucini.
Madrid, Editorial Anaya, 2000. Colección Sopa de Libros
Colombiana de nacimiento, pero parisina de adopción, Gloria
Cecilia Díaz se dio a conocer en España con un relato lleno de intimidad y
poesía, El valle de los cocuyos, Premio Barco de Vapor en 1985. Con El
sol de los venados (Premio Barco de Vapor en 1992) volvio a adentrarse en
la novela ambientada en América Latina, como si su autoira sólo pudiera tener
un espacio literario, el de la crítica social y la denuncia de las condiciones
en que se vive en su bella tierra. Ya antes había publicado, en la desaparecida
Argos Vergara, el libro El secreto de la laguna (1982), y en su país se
puede conseguir un libro de poesía titulado El árbol que arrulla y otros
poemas para niños (1995).
Autora: Gloria Cecilia Díaz
Ilustraciones de Chata Lucini.
Madrid, Editorial Anaya, 2000. Colección Sopa de Libros
Con este título tan curioso, pero que se desentraña al leer
las primeras páginas, la autora ha decidido abordar con sutileza el mundo de
los niños sordos. Horacio, que a los cuatro años perdió la capacidad de oír,
vive en un sencillo barrio de Bogotá y cada día contempla con fascinación el
edificio modernista frente a su casa. En él vive Bea, una mujer más bien seria
que no tiene muchos amigos en el barrio. Horacio, sin embargo, no cree que Bea
sea una mujar seria: "cómo podía ser seria una persona que vivía en una
casa con ventanas ovaladas", se pregunta nada más comenzar. Sin embargo la
señora de la casa de juguete no está muy por la labor de hacer amigos en el
barrio y echa sin muchas contemplaciones a un Horacio curioso que ha subido
hasta la habitación de arriba y lee con fascinación un poema de Federico García
Lorca. Este encuentro marcará al niño, que persistirá en su intento de conocer
a esa señora, y a la señora misma a quien el descubrimiento de la sordera de
Horacio le hace enfrentarse con sus propias contradicciones, en especial la
aversión que siente por las personas con disminuciones físicas, representada
por una niña que ahora vive en París y a la que hace tiempo dejó de escribir.
Gloria
Cecilia Díaz

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