La determinaciòn de las estaciones.

Leyenda estraìda del Libro "Mitos y Leyendas de las Amèricas" del autor Rafael Varela.

La determinaciòn de las estaciones.

Cierta vez el puercoespìn y el castor riñeron sobre las estaciones. El puercoespìn querìa cinco meses de invierno. Levantò la mano y mostrò sus cinco dedos. Dijo que dejaran al invierno tener el mismo nùmero de dedos de su mano. El castor dijo "NO" y levantò su cola, que tenìa muchos rasguños. Dijo que el invierno tuviera tantos meses como rasguños tenìa èl en su cola. Se trenzaron  en una áspera discusiòn.

El puercoespìn se puso furioso y se mordiò su pulgar, que cayò al suelo. Entonces, levantando su mano con cuatro dedos, dijo enfàticamente que el invierno debìa durar solamente cuatro meses. El castor se asustò y cediò. Por esa razòn el castor tiene cuatro pezuñas en cada pata ahora.

Ya que el puercoespìn ganò, el invierno quedò con cuatro meses de extensiòn, hasta que el cuervo lo cambiò un poco. El cuervo, considerando lo que el puercoespìn y el castor habìan decidido sobre el invierno, concluyò que el puercoespìn tenìa razòn.

Dijo que habìa estado correcto, porque si los inviernos fuesen muy largos la gente no vivirìa. Que los inviernos deberìan tener esa duraciòn, pero que serìan variables. Estableciò que durante el tiempo en que la gente se sentara a hablar y a hacer adivinanzas, si las adivinanzas se contestaban correctamente, los inviernos serìan cortos y la primavera llegarìa màs temprano .