20 de Noviembre -Día Internacional de los Derechos del Niño



Día Internacional de los Derechos del Niño

 




En 1948, la recién fundada Naciones Unidas, la mayor organización internacional existente, aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un documento que contenía implícitamente los derechos del niño, aunque sin concederles toda la relevancia que se merecen. Poco más de una década después, en 1959, la Asamblea General de la ONU, consciente de la importancia que había que otorgarle a la normativa infantil, aprobó una Declaración de los Derechos del Niño que explicitaba, a lo largo de 10 principios, los derechos contemplados en la Declaración de 1948.
Poco después, la ONU determinó que fuera el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para los niños (UNICEF) el organismo encargado de la protección de los menores. Desde entonces se ha empleado a fondo para proteger jurídicamente a la infancia, y fruto de sus debates nació, el 20 de noviembre de 1989, la Convención sobre los Derechos del Niño.


Desde que se aprobara el documento en la Asamblea General de las Naciones Unidas han ido poco a poco ratificándolo los diferentes países de los cinco continentes. En la actualidad son 191 los países que han ratificado la Convención. A lo largo y ancho del mundo, todos los países se han dado cuenta de que es sumamente importante proteger al colectivo más inocente de la sociedad. Los niños, valga la redundancia, son niños, y hay que cuidarles y protegerles jurídicamente de una forma rígida y contundente hasta que cumplen los 18 años y se convierten en adultos. Así, los niños y niñas son sujetos de sus derechos, pero es tarea de los adultos velar por su cumplimiento.
Tal y como explica UNICEF, la Convención describe los derechos infantiles a lo largo de 54 artículos y dos protocolos facultativos o disposiciones adicionales.
  Y esos Derechos del Niño se rigen por cuatro principios fundamentales:
1. Los niños no deben sufrir discriminación.
2. El interés del niño debe ser lo más importante cuando se tomen decisiones que le afecten.
3. Todos los niños tienen derecho a la supervivencia y el desarrollo; esto incluye el derecho al bienestar mental y físico.
4. Los niños tienen que expresar sus puntos de vista y siempre tienen que tomarse en consideración sus opiniones en los temas que les afectan.

Los Derechos del Niño

 

Entre todos los Derechos que recoge la Convención de 1989,  los más importantes e imprescindibles para que todos los niños crezcan en un ambiente de paz y alegría y sus padres puedan estar tranquilos sabiendo que sus hijos están debidamente protegidos son






Convención de los Derechos del niño

 

Los Derechos solamente son reales cuando se llevan a la práctica

La Convención sobre los Derechos del Niño cumple 26 años. "La Convención no es solamente un documento visionario. Todos los días comprobamos que se trata de un acuerdo que da resultados - y su utilidad puede comprobarse en el uso cotidiano que se hace del mismo en un país tras otro, en las políticas, en la práctica y en la ley -", afirma Carol Bellamy, Directora Ejecutiva de UNICEF. El derecho a la identidad y el papel de la familia son aspectos fundamentales de la Convención.
Los derechos corresponden a todos los niños y las niñas, independientemente de su lugar de nacimiento o de sus progenitores, de su género, raza, religión u origen social. Este régimen de derechos estipulados en la Convención son los derechos de todos los niños y niñas de todo el mundo.

Qué defiende la Convención de los Derechos del niño

 

En numerosos países, las vidas de los niños están amenazadas por los conflictos armados, el trabajo infantil, la explotación sexual y otras violaciones a los derechos humanos. En otros lugares, por ejemplo, los niños que viven en las zonas rurales pueden tener menos oportunidades de obtener una educación de buena calidad o de acceder a los servicios de salud que los niños de las ciudades. La Convención afirma que tales disparidades -en el marco de las sociedades- son también una violación de los derechos humanos. Al exhortar a los gobiernos a que garanticen los derechos humanos de todos los niños, la Convención procura solventar este tipo de desigualdades.
La Convención concede la misma importancia a todos los derechos de los niños. No existe ningún derecho 'pequeño' ni tampoco una jerarquía de derechos humanos. Todos los derechos enunciados en la Convención -tanto los derechos civiles y políticos, como los derechos económicos, sociales y culturales- son indivisibles y están relacionados entre sí, y su objetivo principal es la personalidad integral del niño. La Convención sobre los Derechos del Niño refleja una nueva perspectiva en torno al niño. Los niños no son la propiedad de sus padres ni tampoco son los beneficiarios indefensos de una obra de caridad. Son seres humanos y los destinatarios de sus propios derechos. La Convención ofrece un panorama en el que el niño es un individuo y el miembro de una familia y una comunidad, con derechos y responsabilidades adaptados a la etapa de su desarrollo. Al reconocer los derechos de los niños de esta manera, la Convención orienta firmemente su mandato hacia la personalidad integral del niño.

Convención sobre los Derechos del Niño

 

- Refuerza la dignidad humana fundamental.
- Subraya y defiende la función de la familia en la vida de los niños.
- Fomenta el respeto de la infancia, pero no a costa de los derechos humanos o de las responsabilidades de los otros.
- Apoya el principio de no discriminación.
- Establece claras obligaciones.
Es un texto importante porque consigue despertar la conciencia de todos sobre la realidad de los niños. Es a la vez un instrumento esencial para que se promueva el cambio de actitudes, y se alerte para la necesidad de prevenir problemas como el abuso sexual, los malos tratos, la explotación, el abandono y la falta de respeto a los derechos de la infancia.


La promoción y el respeto de los Derechos del Niño son, ante todo, la creación de condiciones sociales, económicas y culturales que aseguren el bienestar del Niño. Sin duda, la Convención es importante. Pero más importante que el propio texto es su aplicación. Los derechos solamente son reales cuando se llevan a la práctica. Y en este sentido, todavía queda mucho por hacer. La realidad demuestra que el compromiso no está del todo sellado. Es un reto a largo plazo y todos, instituciones, comunidades y cada individuo, debemos responder a ello reconociendo los derechos y luchando para que se conviertan en realidad, cada día, permitiéndonos construir y promover una cultura de paz y armonía entre todos.

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